Inventada en el lejano oriente y desarrollada durante milenios, la acupuntura cura mediante el clavado de agujas -sin causar dolor- en el cuerpo. Sea magia, truco o ciencia, muchos dicen que funciona. Acerca de las novedades en el tema hablamos con el médico chino Liang Liu Wei Jun.
Nací en Pekín, China, el 6 de Agosto de 1941. Aprendí la acupuntura de mi papá, que me la empezó a enseñar cuando yo tenía 11 años. Estudié medicina en China, me especialicé en acupuntura. Trabajé en Pekín hasta el 87, cuando el presidente de Bolivia me invitó a su país. Vine al Perú en 2003, invitado por César Acuña. Vine con mi esposa, ella también es médico. Tengo un hijo que nació en Pekín. Yo me pincho con agujas a mi mismo, para eso me ayudo con un espejo.
"Cuando cumplí 11 años, mi papáme empezó a enseñar acupuntura. El trabajaba en eso y yo trabajaba mirándolo. También lo ayudaba. El aprendió de su papá. Después de eso, yo estudié Medicina en la universidad, en China. A mí me gustaba mucho porque yo veía a mi papá recibir pacientes que sufrían mucho. Pero él los pinchaba y los calmaba; entonces, los pacientes se ponían felices. Con eso mi papá se ponía felíz y yo también miraba felíz", recuerda el doctor Liang Liu Wei Jun. Estamos en su consultorio, en Figueredo 127, Miraflores.
En la universidad estudié el sistema, la historia y las técnicas modernas. Mi papá hacía una práctica tradicional.
Sí, mucho. La acupuntura tiene como tres mil años. Ahora, la acupuntura moderna se aplica en otros lugares del cuerpo, por ejemplo, la oreja o el ojo. Solo aplicándose en el ojo ya se puede curar de todo.
Sí. pero chiquitas. También se puede curar todo pinchando solo en la lengua o en el pié o sólo en la nariz o en el abdomen. Ahí está representado todo el cuerpo.
Hace siglos las agujas eran de hueso de pescado. Después, las agujas se hicieron de fierro. Las antiguas son delgaditas. Las que usamos ahora, para la acupuntomología, son de acero, y más grandes y anchas, de un milímetro de espesor. Esas son las más modernas. Yo las tengo, pero no se encuentran en Sudamérica.
Antes la gente usaba huesos de pescado para pinchar a los enfermos. Entonces, de ese modo iban probando dónde dolía el pinchazo, hasta que encontraban un punto. Podía perder sangre, pero, después, la persona sanaba. Luego fueron uniendo puntos. Por ejemplo, uno encuentra puntos que sirven para aliviar el estómago; en otra parte, otro punto ayuda con el dolor de cabeza. El cuerpo tiene 400 puntos.
Hasta diciembre de 1987. El presidente de Bolivia, Paz Estenssoro, me invitó a su país. En Bolivia muchas señoras y niños sordomudos, necesitaban curarse. Entonces, me dieron invitación y pasajes y todo lo demás. En el 87 fuí y estuve allá hasta junio de 2003.
Ese año. Vine invitado por César Acuña (actual alcalde de Trujillo). Preferí venir porque en La Paz estaba a mucha altura. A 4000 mil metros sobre el nivel del mar, y siendo ya mayor, me comencé a sentir mal. Acá estoy mejor. Acá también hay muchos chinos. Y muchos chifas. Y tuve muchos pacientes además. Estando en Trujillo, en un día, podía tener cien pacientes. Luego fui a Arequipa y, después vine a Lima porque había que poner en regla un montón de papeles.
Sí. Vine con mi esposa que también es doctora. Hace acupuntura, pero atiende sobre todo a mujeres y niños.
Teoría: En las personas hay canales y puntos. Por ejemplo, si uno tiene dolor de cabeza, ansiedad, estrés, puede curarse con un punto llamado geokú, que está en la mano. Uno hace acupúntura ahí y logra mejorar la microcirculación. Cuando eso mejora, el cerebro recibe más sangre y, por lo tanto, más oxígeno. La arteria que uno pincha está contraída y, luego, se expande. Muchos peruanos sufren estrés, ansiedad, preocupación...
Otros tienen más hambre, comen mucho, sufren impotencia, eyaculación precoz, pérdida de la memoria. Todo es estrés. Las arterias del cerebro estan encogidas. Pero, cuando se abren, el cerebro se nutre mejor. Mejora la memoria, mejora la condición física.
Para curar el asma se tocan otros puntos relacionados con los pulmones. En la espalda hay puntos llamados feishú. Cuando uno pincha ahí, uno cura. El asma y la bronquitis tambien tienen que ver con que las microarterias están contraídas. Otra vez hay que expandirlas.
Más o menos, cinco sesiones, en las cuales uno está como 30 minutos con las agujas clavadas. Depende de la edad del paciente: un joven o un niño se cura más rápido que uno mayor. Y también depende de cuánto tiempo ha tenido la enfermedad. Por ejemplo, una persona que ha tenido un dolor de cinturapor una hernia de disco por un par de días, uno lo pincha y, en unos minutos, ya está. Pero si tiene años con el dolor, demora más.
Sí. Yo me pincho a mí mismo con un espejo. Así me puedo pinchar en el ojo. ¡Excelente! Eso es lo más nuevo.
A veces, el paciente necesita reposo. Si uno cura la espalda, deja de doler pero se necesita descanso.